“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” Heb.12:15
La palabra en griego para amargura es “Pikría” que significa, algo punzante, que causa un dolor agudo, específicamente, un veneno.
La amargura surge por una reacción incorrecta ante las heridas de la vida. Es imposible transitar por la vida sin ser heridos, pero cuando en lugar de limpiar y curar la herida con la gracia de Dios, dejamos que se infecte, entonces el dolor permanece, la infección se extiende y contamina todo. Lee la siguiente descripción de una persona con amargura.
“Aquella persona parece siempre estar mordiendo algo, su mirada es fija y la violencia está a flor de piel. Parece que le hubiesen robado algo, es como si se llevaron la luz de sus ojos, y la sonrisa de sus labios. Todo siempre es disgusto, desgano, apatía, y un resentimiento que avanza como un mar de lodo que lo llena todo, lo cubre todo, y por dentro frialdad. La amargura hace que todos los logros y los méritos se vuelvan flores marchitas. Hace que el amor tenga sabor a hiel y los sueños se quiebren como una copa de cristal.
La amargura sin duda, es una depresión violenta, una necesidad de pelear sin límites y un conflicto que pudo haberse superado pero que se vuelve un demonio hambriento de sangre que quiere solamente herir y maltratar.
A la amargura todo le parece mal y todo lo encuentra difícil. Sin embargo, la amargura se siente a si misma justificada como si estuviese poseída por la más terrible ceguera espiritual”.
¿Te sientes identificado con alguna parte de esta descripción? Si la respuesta es “si” entonces es posible que el veneno de la amargura este en tu interior y necesitas urgentemente ver al médico celestial.
Miles de creyentes sufren de esta enfermedad, aunque tratan de seguir adelante en su vida cristiana, como si no tuvieran ningún problema. Pero la amargura se manifiesta siempre, tarde o temprano, la raíz brota y contamina. La palabra en Heb.12:15 que se traduce estorba es la misma que aparece en Luc. 6:18 y ahí se traduce “atormentados” Si no quitas rápidamente la raíz de amargura, ésta te atormentará y el próximo paso inevitable es que contaminará a otros.
Por eso, en Efesios 4:31 dice: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” La palabra “quítense” se puede traducir como “destruye” pero es interesante que está en voz pasiva, es decir que no es algo que yo debo hacer sino que yo recibo la acción, evidentemente sólo Dios puede destruir la amargura con su gracia infinita. Si no lo permites, entonces ésta engendrará enojo y éste te llevará a una pasión aún más fuerte, la ira, y ésta producirá gritos y blasfemias y toda malicia. Una triste cadena de pecados que lastimará a muchos a tu alrededor.
Si sientes que necesitas ayuda, o quieres estudiar más de este tema, te aconsejo que escuches el mensaje completo que está a continuación. Prediqué este mensaje en un campamento de Palabra de Vida, hace 3 años y desde entonces he recibido muchos comentarios de que Dios lo ha utilizado para sanar almas heridas.
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